El Monumento de Biscarrués

Biscarrués, en la Hoya de Huesca

Nos encontramos en Biscarrués, en la Hoya de Huesca, a los pies del prePirineo aragonés, junto al río Gállego… Río que ha supuesto un antes y un después en el devenir de este municipio, amenazado en los últimos 30 años por el fantasma de un embalse.

Pero Biscarrués no es únicamente sinónimo de lucha, de resistencia, es también un pueblo de gran belleza con un buen numero de casas señoriales de su época de máximo esplendor durante los siglos XVII y XVIII. Más tarde, ya en el siglo XX, fue como muchos otros pueblos de Aragón azotado por el fantasma de la despoblación, pero a fecha de hoy todavía es un pueblo vivo donde el bus escolar recoger una decena de niños que van a diario al colegio de Ayerbe, dónde el casino sirve cafés y comidas a diario, y dónde sobretodo en el verano su población se triplica.

En este contexto, y estando incluido en la redolada conformada por el Reino de los Mallos, territorio atravesado por el mítico canfranero, encontramos Biscarrués. Ya vengas desde Zaragoza y Ardisa, o desde Ayerbe, nos llama la atención su ubicación. Recuerda en cierto modo a lo pintoresco de Berdún, con el pueblo situado en una pequeña elevación sobre el llano, con la Iglesia de la Asunción en lo más alto. La iglesia, aunque datada en los siglos XVI y XVII, tiene su origen en una construcción anterior de estilo románico, de la cual apenas quedaría parte de la torre. Destaca por sus grandes dimensiones.

En su interior encontramos distintos retablos de gran belleza, y allá por Semana Santa los vecinos del pueblo colocan el Monumento de Semana Santa, el cual muestra distintas imágenes de la pasión y el drama. Este monumento, típico del arte popular de la época (siglos XVII y XVIII) es de los pocos que se conservan en perfectas condiciones, y se puede contemplar en esta iglesia cada año desde Semana Santa hasta principios del verano.

La siguiente galería muestra distintas imágenes del monumento:

[masterslider id=»3″]